Mi octavo mes de embarazo
¡Se acerca el gran día! El bebé se prepara para llegar. Solo piensas en su nacimiento.
Durante estos dos últimos meses de embarazo, tu bebé doblará su peso y crecerá unos diez centímetros. También invertirá completamente su postura para adoptar la posición que tendrá en el momento del parto, que en el 95% de los casos será con la cabeza hacia abajo, bien curvado y la espalda perfilada hacia la izquierda. En la última ecografía podrás ver esa postura, conocida como “la presentación”.
Mientras tanto, tu bebé va perfeccionado su cuerpo: los huesos se refuerzan, el cabello crece, la piel se torna rosa. Las funciones de eliminación ya actúan, sus riñones eliminan unos 30 ml de orina por hora. Además, su intestino se llena progresivamente de meconio, una sustancia oscura y espesa que será su primera deposición cuando nazca. Al final del octavo mes, el bebé ya puede empezar a descender. Quizás sientas punzadas o dolores difusos en el bajo vientre, pero no te preocupes, es normal: las articulaciones de la pelvis empiezan a separarse ligeramente para abrirle paso.
¿Qué comer?
En este mes, el bebé engordará un promedio de doscientos gramos a la semana. ¡Ahora más que nunca tienes que aportarle todos los nutrientes necesarios para un buen desarrollo! Además, tú también necesitas energía para afrontar esta recta final, ya que tu cuerpo necesita acumular reservas de cara al parto y la lactancia. No es momento de iniciar un régimen, pero ten cuidado con el picoteo entre comidas. Debes esmerarte aún más en tu alimentación, aprovecha tu tiempo libre para ir al mercado, cocinar y comprar frutas y verduras frescas. Estas te aportarán la vitamina C necesaria para proteger tus células y venas, y contribuir A una buena absorción del hierro, mineral esencial para recuperar tu nivel de glóbulos rojos.
La pregunta del mes: ¿cuáles son los alimentos para preparar la lactancia?
Si has decidido dar el pecho a tu bebé, prioriza las proteínas, el calcio y la vitamina D, nutrientes esenciales para proporcionar una leche de calidad. A veces, suele recomendarse por prescripción médica un suplemento de vitamina D en forma de ampolla. Sigue una alimentación equilibrada y variada. Esta deberá ser rica en frutas, verduras, productos lácteos y cereales. También es necesario incluir proteínas animales (carne, pescado, huevos) y grasas beneficiosas, como las que se encuentran en el aceite de oliva, los pescados azules y los frutos secos. Sigue bebiendo abundante agua (entre un litro y medio y dos litros al día), pero limita tu consumo de bebidas azucaradas como los refrescos. No olvides que el consumo de alcohol está desaconsejado tajantemente durante el embarazo y la lactancia.
El bebé ya ocupa mucho espacio. De hecho, cada vez se siente más incómodo en tu vientre. Tu diafragma y tus pulmones están oprimidos, eso te provoca una leve sensación de ahogo. El gran día está cerca. Ten paciencia.