Mientras doy el pecho: ¿qué puedo comer?
"Comer el doble, a evitar la col y beber mucha leche..." ¿Esos son buenos consejos para una madre que da de lactar? Necesito distinguir los mitos de las verdaderas recomendaciones nutricionales.
Lactancia materna y alimentación
Si decides dar el pecho, escucharás consejos como "evita a toda costa comer cebolla y ajo, porque estropean el sabor de tu leche" o, peor aún, "toma cacao, que ayuda a producir leche". Ninguna de esas afirmaciones tiene sentido. La producción de leche materna depende ante todo de la calidad de succión del bebé y los alimentos que comas al darle un sabor leve a tu leche, ayudarán a despertar el sentido del gusto del niño. No necesitas ser una experta en dietética para comer bien durante la lactancia. Utiliza el sentido común. En concreto, varía tu consumo de fruta y verdura, carne y pescado, cereales y productos lácteos, sin olvidar tu ración diaria de grasas. Por supuesto, evita el alcohol. Esos son los puntos clave que no debes olvidar.
El equilibrio está en la variedad
Es una tontería doblar la cantidad de tus comidas porque das el pecho. Come según el hambre que tengas y lo que te apetezca, sin preocuparte por tu peso. El consumo energético que implica la lactancia materna te ayudará a recuperar poco a poco la línea sin necesidad de dietas. Basta con mantener una alimentación que incluya en cantidades:
Verduras y frutas en cada comida. Esos alimentos proporcionan vitaminas, minerales y fibras indispensables para tu dinamismo
Cereales y tubérculos, como pastas, arroz, pan integral, papa, camote o yuca. Aportan energía.
Proteínas. Dos porciones al día de carne, pollo, pescado o huevos.
Tres o cuatro porciones diarias de queso, leche o yogur, ya que contienen el calcio necesario para tus huesos y los de tu hijo.
Grasas de origen variado (aceite de oliva, aceite de girasol, mantequilla, aceitunas y palta, entre otras), ya que algunas de ellas aportan Omega 3 y Omega 6, indispensables para el desarrollo neurológico del bebé. También proporcionan vitaminas fundamentales como la A y la D.
• Frutos secos, como higos, almendras o nueces. Son fuente de magnesio.
• Y, finalmente, no olvides beber al menos un litro y medio de agua todos los días.
Recuerda que es conveniente consumir alimentos de temporada, pues conservan todos sus nutrientes.
Y no olvides consumir un refrigerio saludable a media mañana y media tarde. Eso evitará que te abalances sobre una bolsa de papas fritas o un pedazo de pan cada vez que tengas hambre. El refrigerio debería consistir en un producto lácteo, que aporte calcio; un producto con cereales, que brinde enería ; una pieza de fruta, para obtener fibra y vitaminas; y una bebida que te mantega hidratada.
Te presentamos una propuesta :
1 barra de cereales + 1 compota de fruta + 1 yogur natural + 1 infusión
2 rebanadas de pan integral + 1 porción de queso + 1 naranja + 1 taza de café descafeinado
2 galletas de mantequilla + 2 rodajas de piña + 1 taza de té con leche.
¿Qué hago para tener mucha leche?
Si el bebé toma cada pecho correctamente y los vacía cada vez, tu producción de leche estará al máximo nivel. Otro aspecto importante es descansar entre toma y toma, ¡ordenar la casa puede esperar! También ayuda beber hasta saciarse, principalmente agua o infusiones como, por ejemplo, hierbaluisa, hinojo o anís. Los líquidos contribuyen a aumentar la producción de leche.
Para el bebé, conviene evitar...
Bebidas alcohólicas. El alcohol que tomas pasa directamente a tu leche, por lo que puede perjudicar al desarrollo del bebé. Debe excluirse durante todo el periodo de lactancia. Si has tomado una copa de vino para celebrar algún acontecimiento, espera unas horas antes de alimentarlo.
El café, el té y otras bebidas que contengan cafeína deben ser consumidas en cantidades moderadas.
Por último, presta especial atención a los medicamentos, en especial a los antitusivos, los corticoides y ciertos antibióticos. Es muy importante que tengas en cuenta que en las cajas de medicamentos un logotipo con una mujer embarazada tachada indica que dicha medicina está contraindicada durante el embarazo y la lactancia. Lee el prospecto del interior. Por lo general, cuando se da el pecho, hay que evitar por completo la automedicación y visitar al médico siempre que sea necesario.